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El hifema en perros es un padecimiento que puede afectar ambos ojos del animal, que puede originarse por diferentes causas. Como podrás intuir, se trata de un signo delicado, que debe ser atendido en la brevedad posible.
Si sospechas que tu compañero podría estar sufriendo de un hifema, aquí te ayudamos a detectarlo en casa por medio de sus síntomas. También te contamos cuáles son las posibles soluciones o tratamientos a este problema.
- ¿Qué es un hifema en perros?
- ¿Qué causa un hifema en perros?
- ¿Qué síntomas pueden presentarse?
- Diagnóstico y tratamiento
¿Qué es un hifema en perros?
La cámara anterior del ojo es un área ubicada entre la córnea y la superficie del iris. En ella se encuentra en humor acuoso que, en condiciones normales, debe ser transparente.
No obstante, puede suceder una desviación de la sangre desde la úvea anterior hacia la cámara anterior. En dicho caso, los componentes de la sangre, como el plasma y las células sanguíneas, se fusionan con el humor acuoso, propiciando que este último adquiera un color rojizo. El cúmulo de sangre en la cámara anterior es conocido como hifema o hipema.
Cabe mencionar que un hifema en perros no suele generar coágulos gracias a la liberación de fibrinolisinas, enzimas encargadas de disolver coágulos de fibrina. Asimismo, un hipema se puede clasificar conforme a la gravedad y la extensión del problema:
- Grado 1: Ocupa menos 30% de la cámara anterior del ojo.
- Grado 2: El hifema ocupa el 50% de la cámara anterior.
- Grado 3: Ocupa un 75% de la cámara anterior del ojo.
- Grado 4: Ocupa el 100% de la cámara anterior.
¿Qué causa un hifema en perros?
Las causas de un hifema en perros pueden dividirse en dos categorías: Locales y sistémicas. A continuación, hablaremos de cada una de ellas.
Causas locales del hifema
El traumatismo en los ojos suele ser la causa más frecuente. No obstante, existen otros factores que lo ocasionan, como la uveítis o inflamación de la úvea, el glaucoma, desprendimiento de la retina, los linfomas o neoplasias oculares, y las anomalías congénitas.
Generalmente, las causas antes mencionadas solo generan hifemas unilaterales, es decir, que solo alcanza a afectar un solo ojo.
Causas sistémicas del hipema
Dentro de las causas sistémicas solo tenemos dos alternativas, entre ellas la hipertensión arterial. Asimismo, tenemos las alteraciones de la coagulación, que incluye padecimientos como la Trombocitopenia, la enfermedad de Von Willebrand, Ehrlichiosis, entre otros.
En estos casos, la afectación suele ser bilateral, es decir, que la condición puede incidir en ambos globos oculares.
¿Qué síntomas pueden presentarse?
Los signos clínicos que se presentan durante una hifema en perros son los siguientes:
- Enrojecimiento de la cámara anterior del ojo, que podrá variar dependiendo de la gravedad del proceso. Puede observarse con mayor facilidad cuando el perro mueve el ojo, ya que esto hace que la sangre se disperse por toda la cámara.
- Blefarospasmo, que quiere decir que el perro cerrará el ojo por dolor.
- Lagrimeo continuo.
Diagnóstico y tratamiento
Se puede diagnosticar un hipema en un perro por medio de una exploración oftalmológica completa, o aplicando tonometría, ecografía ocular o con un análisis de sangre y midiendo su presión arterial.
En cuanto al tratamiento que se debe seguir en estos casos, suele incluir los siguientes medicamentos:
- Antiinflamatorios tópicos o sistémicos según lo requiera, en donde se usan, generalmente, corticoides.
- Ciclopléjicos o midriáticos, empleados para evitar la formación de sinequias.
- Inhibidores de la anhidrasa carbónica en forma de tópicos.
- Analgésicos, como la buprenorfina, solo en caso de dolor ocular.
También se recomendará el reposo del animal para evitar que su presión suba o que la agitación pueda empeorar su condición.
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